La estatua más misteriosa del mundo

La estatua más misteriosa del mundo
La estatua más misteriosa del mundo
Anonim

En nuestro planeta, hay una gran cantidad de estructuras misteriosas construidas por civilizaciones antiguas. Por ejemplo, en la llamada Isla de Pascua, puedes encontrar más de 800 enormes estatuas llamadas moai.

Los historiadores durante mucho tiempo no pudieron entender su propósito, pero recientemente arqueólogos de los EE. UU., Nueva Zelanda y Chile lograron desentrañar su secreto, que se puede leer en nuestro material especial. También hay estatuas rodeadas de secretos en el territorio del país sudafricano de Perú, en un complejo arqueológico llamado Pachacamac. El más famoso de ellos es considerado un ídolo, adorado durante siglos por los antiguos incas, quienes consideraban a esta estatua como la adivina del futuro. Érase una vez, los europeos querían destruir una figura misteriosa, pero más cerca de mediados del siglo XX, fue redescubierta. Pero quién sabe, tal vez los arqueólogos hayan encontrado un artefacto antiguo completamente diferente y la estatua de Pachacamac fue realmente destruida.

Marcela Sepúlved de la Universidad de la Sorbona de París decidió buscar una respuesta a esta pregunta. Según datos históricos, un intento de destruir la misteriosa estatua de Pachacamac en el lejano 1533 iba a manos de un conquistador español llamado Hernando Pizarro. Ordenó a sus asistentes que rompieran la figura en pedazos, pero según la revista científica PLOS ONE, la gente nunca logró completar esta tarea. De hecho, la estatua se perdió, pero en 1938 fue redescubierta por arqueólogos. Quizás los asistentes no comenzaron a cumplir el mando del conquistador, o quizás simplemente no lo lograron.

De hecho, la estatua encontrada resultó ser un objeto muy duradero. Su altura llega a los 2,3 metros y se elabora con varios minerales, incluido el cinabrio. Este material contiene mercurio y, según los científicos franceses, fue él quien le dio a la estatua un tinte rojizo. Pero antes se creía que el color del ídolo lo daba la sangre, que se absorbía en él durante numerosos sacrificios.

Habiendo estudiado cuidadosamente el objeto histórico, los investigadores llegaron a la conclusión de que realmente se trata de una estatua de Pachacamac. Según sus cálculos, se creó entre el 760 y el 876 d. C. Sin embargo, no fue creado por los incas que lo adoraban, sino por representantes de la cultura Huari. Esta civilización vivió en el territorio del Perú moderno durante 700 años antes de la llegada de los incas. Quizás fue de ellos que los incas aprendieron sobre la fantástica capacidad de la estatua para predecir el futuro.

Habiendo estudiado la estatua y sus componentes constituyentes, los científicos han identificado otro hecho histórico. En su opinión, los antiguos incas probablemente tenían relaciones comerciales con otros pueblos, ya que el mineral cinabrio utilizado para cubrir la estatua no podía obtenerse en sus hábitats. Pero podría encontrarse en la Cordillera de los Andes, que se encuentra a 400 kilómetros de Pachacamac.

Así, los científicos franceses lograron no solo demostrar la autenticidad de la misteriosa estatua, sino también aprender un detalle interesante de la vida de los incas. Quizás los minerales obtenidos de otros pueblos se utilizaron para colorear y otros productos antiguos que aún no han sido encontrados por los arqueólogos.

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